Activistas celebran la resolución de la denuncia contra una institución psiquiátrica por realizar terapias forzadas de conversión homosexual.
La denuncia la ganó un hombre homosexual en China, siendo la primera victoria en un país en dónde la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ apenas comienza. La institución psiquiátrica en Zhumadian en la provincia de Henan, fue obligada por decisión judicial a disculparse en un periódico público y a pagar la compensación por terapias de conversión homosexual a una víctima de 38 años.
En 2015 la víctima fue ingresada por su esposa y sus familiares a esta institución psiquiátrica, la cual lo diagnosticó con un “trastorno de preferencia sexual”. En el transcurso de la “terapia” de 19 días, la víctima fue forzada a tomar medicamentos e inyecciones, según documentos judiciales. Aunque el país asiático eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales hace 15 años, algunas familias todavía ingresan a sus familiares a dichas terapias.
Esta denuncia que “confirma la ilegalidad de tratamiento forzado” marca la primera victoria en contra de una institución psiquiátrica pública por terapias en contra de la voluntad del paciente, destacan activistas a favor de los derechos de la comunidad LGBTTTIQ. “Es hora de promulgar leyes que prohíban terapias de conversión forzadas”, destaca Peng Yanhu, un activista LGBTTTIQ.
A pesar de que la población china tiene pocos reparos religiosos hacia la homosexualidad, la mayoría de la gente LGBTTTIQ sigue estando en el closet como consecuencia de los valores conservadores de la sociedad. Esto se llevó a cabo en China – un país con el número más alto de periodistas-ciudadanos en prisión [1], un país que está gobernado por un régimen autoritario [2] y que no está conocido por su cumplimiento de los derechos humanos [3]. Y exactamente en este país las terapias de conversión hacia homosexuales fueron condenadas. Terapias que responden al sufrimiento y la tortura de muchas y muchos en todo el mundo y que fueron implementadas durante el régimen Nazi en Alemania.
Este último punto nos lleva a cuestionarnos lo siguiente: ¿Acaso no hemos aprendido nada como humanidad del sufrimiento y odio contra la homosexualidad en la historia? ¿Por qué se siguen aplicando hoy en día terapias que en cierta forma son parecidas a las que sufrieron los homosexuales en tiempo de los Nazis?
La condena en China en contra de dichas terapias es una verdadera victoria. Una victoria para la comunidad LGBTTTIQ de China y para todas y todos nosotrxs.Sin embargo, es una vergüenza que tantas otras naciones que se manifiestan abiertas, liberales y democráticas todavía estén tolerando las terapias de conversión homosexual.
Sigamos el ejemplo de China. Nunca es tarde.
Esta nota es una traducción/resumen del artículo Chinese man wins forced gay conversion therapy lawsuit, publicado el 4 de julio enThe Guardian.
Referencias:
1. Reporters without borders, 2017 World Press Freedom Index, 17.07.2017
2. Economist Intelligence Unit, World Democracy Index, 17.07.2017
3. Human Rights Watch, World Report China, 2011, 17.07.2017
4. Chronik der Homosexuellenverfolgung, 17.07.2017