Activismo LGBT+ en Egipto: Realidades, retos y necesidades

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Esta entrevista es parte de un proyecto para visibilizar activismos LGBTIQ+ en otras partes del mundo, encontrar agendas comunes, y aprender de buenas prácticas que puedan nutrir al activismo LGBTIQ+ mexicano. La conversación tuvo lugar en febrero de 2021; sin embargo, la pandemia retrasó su publicación. La entrevista se tradujo al español por seguridad y para tener mayor alcance en México y América Latina. En esta ocasión Miguel Fuentes, Coordinador de Investigación en Yaaj, entrevistó a Ash —activista LGBT+ en Egipto y colaborador de Mada Masr (una medio de comunicación independiente y de alto rigor periodístico en Egipto)— sobre el activismo LGBT+ y de derechos humanos en Egipto en los últimos años. 

Miguel

Muchas gracias por estar aquí, Ash. Para empezar, cuéntanos sobre ti, y sobre tu trabajo en Egipto.

Ash

Mi nombre es Ash. Actualmente trabajo como periodista en Mada Masr, pero también estoy involucrado en otras esferas. Trabajé en Nazra for Feminist Studies, una organización egipcia feminista, principalmente en temas LGBTQ+, derechos humanos, y derechos de las mujeres. Mi trabajo en Nazra se centró en dos aspectos: uno de ellos fue el activismo internacional; el otro fue la coordinación con otras organizaciones locales para proveer apoyo psicológico y legal, y brindar apoyo técnico a grupos emergentes que trabajan en temas LGBTQI+.

Mi enfoque principal durante los últimos años fue trabajar en incidencia, principalmente incidencia internacional, porque la posibilidad de trabajar localmente en temas de incidencia ha ido disminuyendo en los últimos 10 años. Así que mi trabajo consistía en entablar colaboraciones y alianzas internacionales: gubernamentales y no gubernamentales, agencias de la ONU, y otras.

También trabajé con ILGA durante un tiempo en la elaboración de un mecanismo interno de monitoreo de medios durante 6 meses. Tienen un tablero interno donde están rastreando todos los medios de comunicación locales de todo el mundo, enfocados en temas LGBTIQ+.    

Miguel

Quiero retomar algo que dijiste durante tu presentación: que la situación de derechos para personas LGBTIQ en Egipto ha estado cambiando en los últimos años, pero también la situación de los derechos de las mujeres. ¿Cómo han ido cambiando estos derechos? 

Ash

Hablando exclusivamente de derechos, creo que la situación está más estancada o en retroceso —si hablamos exclusivamente de derechos. Como saben, los derechos son protegidos y otorgados por el Estado. Pero, la situación en Egipto ha ido cambiando en términos de visibilidad y en otras esferas de la vida.

La visibilidad provocó una reacción violenta, pero también creó este espacio en el que activistas comenzaron a detectar alianzas y colaboraciones potenciales. Además, la tasa de apoyo —incluso si tenemos muchos, muchos miembros de la comunidad LGBTIQ—, superó nuestras expectativas. Esto creó este espacio, aunque fuera muy pequeño, donde pudimos forjar alianzas y colaboraciones con nuevas personas, con nuevos activismos y nuevos grupos. Esta es una de las conquistas de los últimos años. Pero si estás hablando de derechos en temas LGBTIQ, creo que tenemos que hablar de estancamiento, regresión o una reacción violenta.

Miguel

¿Y si no hablamos de derechos? ¿Cómo has visto estos cambios para las personas LGBTIQ+, fuera del ámbito de los derechos? Por supuesto, estamos hablando de su experiencia, no necesariamente en nombre de toda la comunidad.

Ash 

Lo que diré se basa en anécdotas, ya que no tenemos evidencia cuantitativa extensa sobre cómo están cambiando las cosas. Como anécdota, en los últimos ocho años hemos visto el surgimiento de espacios en línea para personas queer en Egipto. Este tipo de espacios en línea han creado una presencia no solo desde El Cairo, sino que siempre hay miembros de todo Egipto. Si recuerdas, incluso durante el concierto de Mashrou Leila, en 2017, venía gente de todo Egipto a celebrar, de una manera muy emocionada, incluso ingenua. La gente venía de todas partes fuera de El Cairo para asistir al concierto.

Ha habido un alcance en línea, pero nuevamente, este tipo de alcance está ocurriendo de una manera muy orgánica y desorganizada. Así que no vemos ninguna forma organizada de activismo que se extienda fuera de El Cairo. y creo que esto es un problema dentro de las formas de organización por los derechos LGBTQ, derechos humanos, y derechos de las mujeres: la organización se ha concentrado en la capital. Y todo lo que hacemos para llegar fuera de ella en las circunstancias políticas actuales es muy peligroso.

Nos quedamos con el espacio virtual con el que tenemos que hacer compromisos y ceder entre tener un alcance efectivo, organizarnos de formas más eficientes, y preservar nuestra seguridad. Creo que es una de las razones por las que dejé de involucrarme tan intensamente en el activismo en el último año.

Miguel 

No sé si has escuchado sobre el ascenso de la derecha en las Américas y Europa. Con ello estamos viendo un mayor participación política de grupos evangélicos. Son grupos más involucrados de lo que suelen hacer los grupos católicos. Están formando partidos políticos y grupos de cabildeo que están llegando al Congreso. En México llegan al presidente. Y una de las cosas que hemos notado es que impulsan las terapias de conversión, o cualquier otro esfuerzo de cambio de orientación sexual/identidad de género (ECOSIG). Así que esperaba que nos contaras: ¿algo así ha sucedido alguna vez en Egipto? No necesariamente con los evangélicos, pero similar a este proceso.

Ash 

En realidad, también fueron evangélicos en Egipto. Está surgiendo una especie de patrón. Y la situación de los evangélicos en Egipto es diferente a la de Estados Unidos, porque siguen estándares egipcios, que son menos conservadores que los cristianos ortodoxos estadounidenses, por ejemplo. Pero al mismo tiempo son los mayores defensores de la terapia de conversión en Egipto.

Hay un tipo famoso en Egipto llamado Awsam Wasfy. Es muy popular y ha estado haciendo terapia de conversión durante más de una década o dos. Antes era el único referente, pero recientemente ha surgido gente nueva. Todos ellos son evangélicos, como él, y están organizando “campos de recuperación”. Lo interesante es que están formando una alianza entre evangélicos y musulmanes conservadores en Egipto. Todos se creen progresistas al decir «es una enfermedad, vamos a curarla». 

Actualmente, es algo que se está promoviendo en Egipto, y creo que también el alcance de las fuerzas evangélicas a nivel mundial se ha extendido a varios lugares de África. Si hablas con activistas del este de África y también de otras partes del continente africano, ha habido este tipo de cosas. Ghana, por ejemplo, iba a ser sede de la conferencia Panafricana de ILGA. Se suponía que iba a suceder allí en 2020. Se pospuso debido a la pandemia, pero los evangelistas en Ghana vinculados a grupos evangelistas internacionales se opusieron activamente. Los grupos evangélicos locales se están expandiendo a través de fondos globales para promover sus agendas.

Miguel 

Hablando de otra agenda importante durante la pandemia, hemos visto estragos globales sobre los derechos reproductivos. Las cadenas de suministro de productos de salud reproductiva se han interrumpido mucho. El acceso global a abortos seguros se vio obstaculizado porque muchas clínicas y hospitales se convirtieron en salas de emergencia de COVID-19. Y la gente no podía conseguir anticonceptivos porque no llegaban a muchos países. Se interrumpieron todas las cadenas de suministro porque no había vuelos ni barcos para entrar a varios países. ¿Sucedió algo así en Egipto?

Ash 

Yo no trabajé en estos temas durante mi tiempo en Nazra, pero, por ejemplo, en EIPR e Ikhtyar tienen un gran trabajo en salud reproductiva. El aborto en Egipto es, en su mayoría, ilegal, y el acceso al aborto ocurre principalmente en clínicas clandestinas. Al mismo  tiempo, el gobierno está tratando de ampliar la accesibilidad a la anticoncepción, debido al aumento de población.

El presidente Abdel Fattah al-Sisi siempre dice «¡dejen de dar a luz!», pero en la práctica es diferente. No sé si el gobierno redobló sus esfuerzos para expandir los programas de anticoncepción y planificación familiar. No está claro si sus planes son efectivos y si están llegando a muchas mujeres en Egipto. Sin embargo, esto ha sido algo que está ocupando un lugar destacado en su agenda y su discurso público desde el año pasado. 

Sus campañas mediáticas llegan a ser muy problemáticas. Lo que pasa con su política, y un problema importante con otras políticas (salud, planificación urbana, etc.) es que no involucran a las personas a las que les afectan cuando las ponen en marcha. Entonces termina teniendo un enfoque vertical, de arriba hacia abajo, que causa más daño que beneficios. Al mismo tiempo, tenemos que reconocer algunos programas gubernamentales de salud pública que funcionaron antes del coronavirus. Por ejemplo, la campaña de tratamiento universal de la hepatitis C fue un trabajo extraordinario, pero esto nunca se extendió al trabajo sobre derechos reproductivos y accesibilidad a métodos anticonceptivos.

Miguel 

Manteniéndose en el camino de la salud, ¿cómo se vio afectado el suministro de antirretrovirales en Egipto con la pandemia de coronavirus?

Ash 

Según lo que dicen mis colegas que trabajan en la accesibilidad de los medicamentos para el VIH, uno de los problemas es que los antirretrovirales para el VIH no están disponibles sin receta. Tienes que conseguirlos en los hospitales del Ministerio de Salud. Ha habido escasez de vez en cuando, por lo que la gente tiene que esperar algunas semanas sin medicamentos. No pasó frecuentemente, y sólo he oído hablar de esto tres veces en los últimos cuatro años, pero no sé cuán accesible o cuán constante es la accesibilidad de estos medicamentos. Egipto también solía recibir financiamiento de USAID y de países extranjeros, pero no sé mucho acerca de la situación de financiamiento ahora. Recientemente el Ministerio de Relaciones Exteriores comenzó a negar cualquier escasez de medicamentos para el VIH. Pero, de nuevo, necesitamos escuchar a los activistas que trabajan sobre el terreno.

Miguel 

Volviendo a temas de la agenda LGBTIQ+, estamos viendo avances globales en los derechos de las personas trans, y están teniendo una voz muy visible. Pero al mismo tiempo están aumentando los casos de crímenes de odio contra personas trans. En América Latina varios países están aprobando leyes para cambiar la documentación de acuerdo con su género elegido, e incluso hay una escuela para infancias y adolescencias trans en Chile. Están pasando cosas buenas y malas, pero me gustaría saber más sobre cómo es esta situación en Egipto. ¿Hay avances o retrocesos en el reconocimiento de los derechos de personas trans en Egipto?

Ash 

Creo que el tema de los derechos de las personas trans es algo contradictorio en cuanto a los cambios que están ocurriendo. En Egipto, en los últimos años, ha surgido una visibilidad de personas trans en los principales medios de comunicación. Entre ellos está el hijo de un actor muy conocido, Hisham Salem, y también el caso de Farida y la activista trans Malak al-Kashif.

Farida, una profesora en sus cincuenta, se declaró trans y su caso fue tratado de manera sorprendentemente profesional por parte del Ministerio de Medios de Comunicación. Estamos hablando de los medios estatales y varios tipos de medios, que la invitaron a hablar, centrando su historia de una manera muy empática. De hecho, el Ministerio de Educación —solía trabajar como maestra antes de su transición— prometió dejarla volver a trabajar.

Pero nuevamente, tenemos este caso muy excepcional mientras tenemos casos consistentes de violencia contra la población trans. Estábamos reportando esto constantemente durante mi tiempo en Nazra. Estamos hablando de violencia por parte de actores estatales dentro de centros de detención, pero también por parte de funcionarios del Estado. Es horrible.

Es confuso quién está involucrado. Por ejemplo, al-Azhar en ocasiones parece tener una postura “relativamente tolerante» hacia las personas trans. Supuestamente, permite el espacio para tener conversaciones en algunas ocasiones. Pero, nuevamente, la violencia social y la violencia estatal no han cambiado. Aunque vemos el surgimiento de una narrativa pública relativamente empática sobre los problemas  de las personas trans, esta narrativa continúa victimizándolas. Pero al menos es una especie de desenlace.

Miguel 

¿Y cómo  ha cambiado el acceso a la salud de las personas trans?

Ash 

Esto es similar al acceso a la atención médica general para todo mundo: está muy jodido en Egipto, en general. Pero puede empeorar aún más. Cuando hablamos de acceso para la salud de las personas trans, muchas recurren a medicamentos sin supervisión médica porque no pueden, ni se les permite, acceder a ella. Esto es muy peligroso para la salud y el bienestar de las personas trans. Durante mi tiempo en Nazra, trabajamos con un par de personas trans que batallaron por acceder a médicos amigables o proveedores de salud amigables que realmente pudieran ayudarles, particularmente para acompañar su terapia hormonal.

Pero también, incluso cuando las personas tienen acceso a médicos de alto nivel, a veces no hay supervisión sobre la cirugía de reasignación de género. Algunos médicos lo hacen de manera informal, pero algunas operaciones han salido mal. Entonces, incluso si la persona tiene recursos económicos, o ahorra dinero para la cirugía, la atención post-operatoria es horrible y no hay responsabilidad si las cosas salen mal, porque sucede sucediendo ilegalmente.

Es lo mismo con el aborto. Cuando vemos que el aborto ocurre bajo el agua no es seguro, porque esto está sucediendo en el «mercado médico negro», por llamarlo de alguna manera. A veces los médicos que realizan estas operaciones son muy cuidadosos y muy honestos al correr el riesgo de brindar a las personas acceso a la atención médica. Pero otras veces son depredadores.

Miguel 

Comenzaste hablando de medicamentos y de un mercado médico negro para las cirugías de reafirmación de género en personas trans. ¿También existe un mercado negro médico para las hormonas?

Ash 

No podría hablar extensamente sobre esto, pero también por lo que he escuchado, a veces hay periodos en los que hay escasez de hormonas. Hablando desde un punto de vista más amplio, para que su proceso comience con la terapia hormonal o se someta a una cirugía de reasignación de género, una persona trans necesita la aprobación de dos partes: el comité del sindicato de médicos y el sheikh de al-Azhar. Sin embargo, muchas veces, el sheikh de al-Azhar no va a las reuniones del comité para hacer las aprobaciones. Simplemente desapareció por un tiempo.

El proceso se convierte en un proceso muy lento y solo está disponible en dos hospitales públicos, más o menos. Imagínate, dos hospitales públicos hacen todo el proceso para la población trans de todo el país. Y eso requiere la aprobación del comité del sindicato de médicos, después de años de psicoterapia obligatoria. Incluso después de estos años, y con la aprobación del comité, se necesita la aprobación del sheikh de al-Azhar. Mientras tanto, con este lento proceso, muchas personas trans comienzan a tomar hormonas antes de que termine el proceso. La gente no pasa por ese proceso, porque hay mucho miedo, por la falta de accesibilidad y porque no viven en El Cairo. Así que tienes un Estado que está empezando a dar apoyo en la retórica pública sobre la temática trans en los medios, pero que también está en contra de que las personas trans accedan a los servicios de salud. 

La burocracia es también una gran parte del problema. No priorizan estos temas porque son para personas LGBTIQ, o para personas que necesitan medicamentos para el VIH, o para personas trans que quieren acceder a hormonas y cirugía. La burocracia en el sistema de salud egipcio es arcaica. Incluso ahora, los médicos no pueden registrar a las personas fallecidas por coronavirus porque las bases de datos no están actualizadas para incluirlo como causa de muerte. Las familias de los médicos y enfermeros fallecidos no pudieron acceder a las pensiones de sus familiares. Todo esto porque el certificado de defunción no podía decir que era coronavirus. Han pasado alrededor de seis meses y hay peleas entre el sindicato de médicos y el Ministerio de Salud. Entonces, esta burocracia arcaica se combina con problemas de discriminación contra personas LGBTIQ y otras poblaciones.

Miguel 

Quiero volver a algo que surgió en nuestra conversación. ¿Cómo ha cambiado la violencia de género en Egipto en los últimos años? ¿O se ha quedado igual?

Ash 

Esto tiene varias capas. Los casos de muy alto perfil de campañas de violencia sexual contra los perpetradores se hicieron visibles durante los últimos años, y hay casos de alto perfil. Un caso célebre fue el de Ahmed Bassam Zaki, un estudiante que acosó y agredió gravemente a decenas de estudiantes y niñas menores de edad. Su caso fue seguido por otro caso de alto perfil llamado “los incidentes de Fairmont”. Estos casos provocaron la movilización de muchos grupos feministas y mujeres activistas para atender el problema.

Creo que cuando hablamos de violencia sexual y basada en género vemos desarrollos opuestos que no necesariamente están alineados entre sí, como hemos estado hablando. Tenemos el surgimiento de grupos que se unen en torno a una causa, diciendo que la violencia tiene que parar, condenando y persiguiendo a los perpetradores. También tienes al gobierno respondiendo con algunas legislaciones; por ejemplo, introdujeron una ley para proteger los datos personales o la información personal de sobrevivientes y víctimas cuando denuncian los casos. Antes teníamos un sistema horrible en el que, si presentas una demanda contra el perpetrador, sus abogados podían acceder a la información de la víctima cuando recibían el informe del caso. Su documento nacional de identidad forma parte del expediente. Eso es algo que Nazra, por ejemplo, defendió mucho durante los últimos años mientras yo trabajaba allí. Sin embargo, las tasas de violencia sexual y violencia de género siguen siendo las mismas. La confidencialidad de las personas sobrevivientes y las víctimas que informan a las autoridades ha sido un aspecto horrible de cómo funciona el sistema en Egipto.

Sin embargo, hace algunos años, gracias a los esfuerzos de defensa de diferentes grupos de mujeres y grupos feministas, incluidos Nazra y CEWLA (el Centro Egipcio de Asistencia Legal para Mujeres), y otros grupos feministas, el gobierno estableció una unidad especializada dentro de la Autoridad de Medicina Forense de Egipto para apoyar sobrevivientes de violencia sexual/basada en género. Antes de que se estableciera esta unidad, presentar una denuncia era un proceso traumático para las personas sobrevivientes y las víctimas. Tenían que pasar por exámenes de medicina forense después de pasar por las experiencias de violencia. El proceso era muy insensible y generalmente lo realizaba un médico hombre. No había entrenamiento psicológico para manejar los casos. Creo que entre 2015 y 2016 hicieron que esta nueva unidad se ocupara de las personas sobrevivientes de agresión sexual. Obtuvieron fondos de organizaciones internacionales para brindar apoyo y capacitación al personal médico que trabaja allí recibiendo a sobrevivientes o víctimas después de un examen médico.

Además, no existe una legislación a nivel nacional contra la violencia doméstica, por ejemplo. Lo único que tenemos son enmiendas para abordar la violencia basada en género en el Código Penal. Los grupos feministas han llamado en repetidas ocasiones a tener una ley unificada, porque el gobierno, por alguna razón, está introduciendo casos y piezas en el Código Penal para tratar con los delitos.

Miguel 

Hablando de criminalización, hemos discutido un poco sobre la situación general en términos de aborto y el panorama legal en Egipto. Pero me preguntaba si podríamos ir un poco a fondo sobre los debates que están teniendo los activistas trabajando con las bases. ¿Cuáles han sido los debates en torno a cómo se entiende el aborto? ¿O qué quiere impulsar la gente en términos de aborto en Egipto en los últimos años?

Ash 

El único lugar de la sociedad civil en Egipto que hizo campañas públicas sobre el aborto fue EIPR. Y esto fue como hace dos años o el año pasado. En nuestro contexto, muchos grupos que se organizan en el terreno han estado trabajando para tratar de crear un canal cerrado de accesibilidad para las personas que necesitan acceder al aborto. Pero, de nuevo, esto nunca fue más allá de la burbuja de El Cairo. No digo que no sea una agenda prioritaria para los grupos en Egipto, pero definitivamente es algo que falta en la conversación en nuestro contexto.

Como les dije, solo EIPR estaba haciendo campañas públicas enfocadas en la lucha por el aborto en Egipto. Pero en realidad no vi que otros grupos lo hicieran. Nos preguntamos por qué esta lucha no es una prioridad. Incluso durante mi tiempo en Nazra y el trabajo de investigación, el aborto no siempre fue un área en la que se trabajó. A veces tratamos de simplificar el proceso de referencia para las personas que querían acceder al aborto.      

Miguel 

También tienes que cuidar tu propia salud y seguridad. Entonces, supongo que es comprensible. Algo que mencionaste al principio en lo que me gustaría profundizar es sobre la situación actual que enfrentan activistas de derechos humanos en Egipto. En América Latina nos hemos enfrentado a la falta de recursos, porque muchos gobiernos han estado impulsando planes de austeridad. Entonces, me preguntaba si podrías contarnos un poco más sobre los desafíos que enfrentan en el activismo egipcio.

Ash 

El gobierno no ha sido amigable con la sociedad civil que trabaja por los derechos humanos, o los derechos en general. A diferencia de nuestras organizaciones, las organizaciones enfocadas en el desarrollo —como la educación, el acceso a recursos financieros, la creación de pequeñas empresas y demás— son enormes, en contraste con quienes trabajamos en derechos humanos, el acceso crítico a la salud, etc. Estas últimas suelen ser reprimidas. Creo que al gobierno en general no le gusta apoyar a la sociedad civil. Lo que pasa es que la sociedad civil apoya al gobierno. Cuando hablamos de la sociedad civil que trabaja en el desarrollo, el financiamiento no proviene del gobierno. Proviene de donantes internacionales o donantes de otros Estados, como la Unión Europea. 

El gobierno egipcio acaba de cambiar la ley que rige a las organizaciones de la sociedad civil. Ahora el aparato de seguridad nacional tendrá que aprobar los fondos provenientes del exterior. Al igual que América Latina, el financiamiento se ha ido reduciendo, pero no por la austeridad, sino porque el gobierno controla el flujo de fondos que van a las organizaciones.

Otro aspecto es el acoso del gobierno contra las ONGs. Por ejemplo, cuando tratamos de reclutar, tiene que ser gente que conoces, gente con la que has trabajado, etc. Fue difícil, y cuando estuve en Nazra, nunca logramos hacer un reclutamiento público. Cuando teníamos vacantes, nunca podíamos transmitirlas públicamente debido a graves problemas de seguridad. Es un problema más grande de recursos humanos tratando de promover una determinada agenda de derechos humanos (al gobierno no le gusta que usemos el término “agenda”).

También está la cuestión de cómo llegar a la gente. Esto se está volviendo más difícil con los años, y esto se ha vuelto extremadamente difícil en los últimos años. Un par de organizaciones LGBT+ están tratando de llegar a la gente, tratando de hacer una especie de «escuela queer». Organizan un tipo de campamentos para discutir la promoción y las campañas en los medios, en línea, y en campo. Estos son esfuerzos para crear nuevos cuadros de personas que podrían estar interesadas en involucrarse en el activismo.

Miguel 

Nos enfrentamos a cosas similares en México. Nos dimos cuenta que necesitamos formar nuevas generaciones de activistas, especialmente cuando todo es tan digital. Podemos hacer muchos programas, muchas campañas de recaudación de fondos y mucha divulgación ahora. Entonces, necesitamos capacitar a las nuevas generaciones y aprender de las nuevas generaciones sobre cómo hacer incidencia digital.

Ash

Definitivamente, es notable cómo a veces la gente sigue creando. Creamos nuevos espacios para que se organicen o brinden apoyo. Como mencioné, hay más presencia en línea en proceso. Algunas organizaciones LGBT+, aunque no son ONGs profesionales, están trabajando mucho en línea contra la terapia de conversión. Atyaf, por ejemplo, no es una ONG profesional. Es un grupo de jóvenes que trabajan en la creación de contenido sobre temas LGBT+, y han estado haciendo un trabajo extraordinario destacando temas de terapia de conversión.

Hacen resúmenes de lo que cubren los medios, series y películas en Egipto sobre temas LGBTQI. Hacen traducciones de películas queer y construyen una red muy interesante con gente fuera de El Cairo. No son del centro, y todo sucede de una manera menos formal pero de alta calidad.

Todo esto está sucediendo al mismo tiempo, y definitivamente es más sólido dentro de los grupos de mujeres. Como te decía, el año pasado vimos un aumento orgánico de organización y de campañas contra la violencia de género. Por ejemplo, tenemos el-Modawana, que es básicamente un blog que acaba de empezar. Lo armaron un grupo de feministas que crearon un sistema para recibir testimonios y denuncias sobre violencia sexual y de género. Fueron responsables de lanzar muchas denuncias importantes que ahora están siendo investigadas en varios espacios. Estos grupos se están organizando a pesar de las medidas enérgicas del gobierno contra los espacios en línea.

A pesar de la precariedad, existen espacios en línea que ofrecen una vía muy prometedora para que las personas se vuelvan más visibles. Paralelamente a estas formaciones en línea, hace alrededor de dos años el gobierno también aprobó una nueva ley de delitos cibernéticos. Con ella pueden combatir cualquier ofensa social en línea: cualquier cosa que se considerara ofensiva para la familia y los valores sociales. Cualquier cosa puede ser criminalizada. Puedes intentar algo y luego el gobierno lo ve como una violación de los derechos sociales y los valores familiares, por lo que siempre existe este riesgo.

Miguel 

Esa es una realidad que a veces creo que la gente olvida: las contradicciones. En la academia se siguen modelos que no son lo suficientemente flexibles para que se produzcan contradicciones, como si los procesos de lucha social fueran en una sola línea y una sola dirección. Todos estos ejemplos que nos diste pintan una realidad que muestra que suceden cosas simultáneas: algunas pueden estar mejorando, otras pueden estar empeorando, y pueden revertirse en cualquier momento y lugar. Algunos de estos procesos están sucediendo digitalmente, algunos otros están teniendo lugar públicamente y otros más están sucediendo de forma clandestina.

Para concluir, me gustaría preguntar algo más personal: ¿qué te hizo querer trabajar en derechos humanos en primer lugar? ¿Y por qué lo hiciste donde lo hiciste, en Nazra? 

Ash 

A veces no estoy seguro de la respuesta. No fue planeado, definitivamente. Me dieron una beca para estudiar en El Cairo, dos años después de la revolución de 2011. Me mudé de mi ciudad natal a El Cairo, y de repente me llegaron todas estas preguntas sobre derechos, sobre sexualidad, sobre integridad corporal, sobre cosas que en realidad nunca había tratado de cuestionar por mí mismo. Y de repente, me encontré haciendo todo este número en la revista estudiantil sobre sexualidad.

Sucedió, no lo planeé. No sabía cómo sucedió que me metí tanto en el campo de los derechos humanos, los derechos LGBTQI, los temas de sexualidad, y todo eso. Me metí sin darme cuenta de que lo estaba haciendo. Lo siento, no tengo una respuesta inspiradora de por qué empecé a involucrarme en esto. Simplemente sentí que realmente quería hacerlo, porque creía en hacer que estas conversaciones sucedieran. A tres años de la revolución, el hecho de que estas conversaciones estaban tan vivas en los salones de clase me hizo sentir que también debían darse más allá del recinto de los campus de algunas universidades.

También me decepcionó que el alcance no fuera eficiente en la creación de resultados que pudiéramos sentir como cambios, y no sólo teorizar sobre ellos, ¿sabes a lo que me refiero? Se puede hablar de manera racional sobre cambios que están ocurriendo, pero a veces sientes que este tipo de cambios no están ocurriendo directamente. Estoy orgulloso de todas las personas que siguen trabajando arduamente para crear espacios y se esfuerzan por llegar a la gente de todo Egipto.

Miguel 

Prefiero esta respuesta honesta más que una cita inspiradora, porque es verdaderamente inspirador escuchar eso. Es algo que simplemente estaba dentro de ti. Sólo querías intentarlo. Y a veces no reconocemos cómo la pasión nos puede llevar lejos. Pero también estás reconociendo que no somos superhéroes ni superheroínas. Somos humanos, tenemos límites. La gente se agota, y ​​no es para todo mundo, y está bien. Eso no demerita el trabajo que hemos hecho, principalmente por el hecho de que pusiste en riesgo tu vida. Y es muy valioso. Porque cada vez que vuelvo a Egipto, sé que puedo o no correr cierto riesgo, pero nunca voy a correr el mismo riesgo que los que tú y otros activismos atraviesan.

Ash 

Y si regresas, verás que las cosas empeoran. Esto es lo que te estoy diciendo, las contradicciones: los riesgos están aumentando, particularmente el potencial de arresto. Pero también hay posibles cambios positivos que ocurren de forma paralela.

También pienso en el síndrome del superhéroe del que hablas. A veces se convierten en dinámicas muy tóxicas dentro de nuestras comunidades o nuestras esferas de activismo. A veces en contextos tan cerrados y privados como el nuestro en Egipto, y me imagino en otros lugares diferentes, se hace difícil y tóxico organizarse, y puede ser muy dañino. Creo que esta es una de las cosas que me gustaría escuchar en conversaciones con activistas de América Latina: ¿cómo se agota la gente? Porque creo que este también es un problema importante que he visto durante mis dos o tres años trabajando en campo en Egipto. He visto a muchas amistades colapsar haciendo este trabajo. He visto a otras amistades obsesionarse con este síndrome del salvador, que acaba por destrozar iniciativas muy prometedoras. Creo que estas cosas son muy importantes en nuestras reflexiones cuando hablamos de activismo y sociedad civil.

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