Sexualidades químicas: Terapia hormonal para personas trans en México, con Ibrahim Carrillo

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Esta publicación es parte de una serie de entrevistas sobre pastillas y compuestos químicos que afectan nuestra sexualidad. En esta ocasión Miguel Fuentes, Coordinador de Investigación en Yaaj, entrevistó a Ibrahim L. Carrillo, Coordinadora de Juventudes Disidentes e Incidentes y co-presidenta de Spectrum Diversidad Estudiantil, sobre los tratamientos hormonales para personas trans en México, y qué efectos tienen sobre mercados, sobre leyes y sobre los cuerpos de las personas que los consumen.

Ibrahim

Ah bueno, soy Ibrahim L. Carrillo, mis pronombres son ella/elle. Mujer trans y persona no binaria. Estoy terminando de estudiar psicología. Soy co-presidenta de Spectrum Diversidad Estudiantil, y soy coordinadora de Juventudes Yucatecas Disidentes e Incidentes. Tengo una página y un blog sobre personas trans: No sin #NosoTrans. También cree un grupo informal para generar comunidad —Comunidad Trans Peninsular— para comunicarnos, hablar de nuestra situación, darnos consejos y ayudarnos. Soy parte del Comité de Acción Comunitaria del Sector de Salud en Yucatán, voguera, cantante y cabaretera.  Me identifico como androsexual, que es una persona que se relaciona con hombres o con personas con performatividad masculina.

Miguel

Muchísimas gracias por estar aquí. Entonces vamos a empezar con la primera pregunta sobre el mercado de hormonas. ¿Desde tu experiencia, y la de las colectivas en las que estás, cómo han cambiado los mercados de hormonas para personas trans en México? Por mercados pueden ser aquellos en instituciones de salud pública, farmacias, mercados negros,  y todos los mercados que conozcas.

Ibrahim

El principal problema es que no hay un mercado específico para mujeres trans. Nosotras llevamos a cabo nuestro tratamiento hormonal con pastillas anticonceptivas o con hormonas de mujeres cis. Pensarías que el compuesto es el mismo, pero hay algunas que están hechas para tomar durante un periodo de tiempo y no puedes continuar tomando. Para una transición hormonal  puede ser complicado seguir tomando un mismo tipo de hormonas, porque puede tener consecuencias.

No muchas mujeres trans pueden acceder a estas hormonas con el cuidado de un endocrinólogo, y la mayoría que yo he conocido se ha autohormonado. Tuve una compañera que por una condición genética en la sangre, una mutación, tenía prohibido completamente iniciar tratamiento hormonal. Entonces tuvo que llevar su transición de otras formas, con cirugías, depilación láser y cambiando su cuerpo.

Así que sobre el mercado de las hormonas, pues ese es el principal problema: no hay un mercado para personas trans. Por lo mismo, incluso los endocrinólogos recomiendan hormonas que no son las mejores para llevar una transición; que sí las tomarían las mujeres cisgénero durante un periodo de tiempo, porque ellas no las toman toda su vida. Pero para las mujeres trans es tomarlas toda nuestra vida, porque sí necesitamos ciertos tipos de estrógenos. Por ejemplo, a veces nos dicen que el valerato de estradiol es lo mejor que puedes tomar. El etinil-estradiol también es bueno, pero no lo puedes tomar por mucho tiempo.

A diferencia de los hombres trans, nosotras tenemos que tomar un tratamiento hormonal cruzado, con bloqueadores de testosterona, que en ocasiones es mucho más caro que el de los hombres trans. Las mujeres trans no sólo tenemos que tomar el estrógeno, porque por sí solo es menos fuerte que la testosterona. La testosterona es mucho más fuerte, y por eso los hombres trans se aplican inyecciones una vez al mes y ya. Nosotras nos tenemos que inyectar cada dos semanas. Las pastillas las tomamos todos los días, y a veces el doble de pastillas, haciéndolo más caro.

Cuando los hombres trans transicionan toman testosterona. La misma testosterona, que por ser más fuerte que el estrógeno, logra los cambios. Nosotras necesitamos bloquearla para llevar el tratamiento. Hay muchas opciones baratas que suelen consumir las mujeres trans. He visto que muchas se autohormonan con espironolactona, aunque en realidad no es un antiandrógeno. Es un diurético que como efecto secundario saca la testosterona del cuerpo. Esta pastilla, que es la más común, causa muchas consecuencias a la larga, y todo esto se debe a que el mercado no tiene una pastilla específica para mujeres trans. No hay pastillas con las que corramos menos riesgo de padecer trombosis venosa, o menores riesgos en general por el consumo constante de esas pastillas. He escuchado que si tomas mucha espironolactona, que es la más barata, y que sí es muy efectiva, puedes tener problemas en el hígado. Es muy importante saber esto de estas medicinas y de estos bloqueadores. Hay otros como la ciproterona que ya son más recomendados.

Esa es la situación a la que nos enfrentamos con respecto al mercado. No hay un paquete que diga “paquete para mujer trans” u “hormonas para mujeres trans”; que sean inyecciones que te inyectes, no sé, cada dos semanas, y ya no tengas que tomar nada más. No, las mujeres trans tenemos que agarrar un poquito de ésta, un poquito de aquélla, un poquito de aquí y allá, irlas combinando, e ir viendo cómo hacerle para que se estabilice y nos dé lo que necesitamos. No hay una pastilla al día que tenga todas las cosas que tú necesitas. Ese es el problema y por eso es muy costoso.

En ocasiones me llegaron a dar una que era Primogyn, que creo era estradiol puro. Me costaba casi $800 pesos, una cajita con 22 pastillas. Y de esas me dijeron que tenía que tomar una en la mañana y una en la noche. Entonces me va a durar 11 días. Y después me dijeron que tenía que tomar más. ¡Es carísimo! Se vuelve muy, muy, muy, muy caro. Y no es lo único que tomaba, porque aparte están los bloqueadores, diuréticos, o inhibidores de testosterona. Entonces por eso se vuelve muy, muy, muy caro.  

Y yo creo que el principal problema del costo de las hormonas es precisamente que el mercado no está hecho para mujeres trans y para su transición. Si así fuera, reduciría mucho el costo de comprar una para cada cosa, además de estar investigando en qué farmacias las venden. Por ejemplo, yo gastaba casi $1,700 pesos al mes, pero porque investigaba en internet y llamaba a todas las farmacias existentes de mi ciudad preguntando por todos los precios de cada una de mis hormonas. Y como son varias lo hacía muy muy, muy complicado. Tuve una amiga que tenía que tomar su pastilla de espironolactona cada ocho horas. Eso afecta tus ciclos del sueño porque te tienes que súper organizar. Imagínate, tomarlo por el resto de tu vida o por varios meses; no es tan sencillo. Es muy tedioso.

A mí sí me gustaría que, por ejemplo, en el mercado existieran inyecciones, porque así es más fácil que te inyectes cada dos semanas y que éstas mismas tengan el bloqueador, la ciproterona, y el valerato de estradiol; que tengan todo lo que se necesitan. Pero no las venden así, porque como son para anticoncepción depende de lo que requiera quien esté buscando anticoncepción.

También está el mercado negro. No es que muchas chicas compren directamente en el mercado negro unas “hormonas bolivianas”, no. Pero sí se dicen “pues a mí me funciona esto, entonces lo tomo”. Pero tenemos cuerpos totalmente distintos, y puede ser peligroso. Si existieran estas medicinas, unas pastillas o un tratamiento hormonal específico para mujeres trans, en el mercado, sería mucho menos peligroso.

Miguel

Hablando de dónde consiguen las hormonas, ¿cómo se obtienen hormonas en instituciones de salud pública en Yucatán?

Ibrahim

Para nosotras es un sueño guajiro que el Seguro nos dé las hormonas. Se supone que el Seguro nos las debe dar; o sea, nos debe administrar ese tratamiento hormonal. Pero vas con el médico familiar y le dices “oye, me gustaría iniciar tratamiento hormonal”, y él te dice “pero si tú eres travesti, tienes una enfermedad”. Ni siquiera están capacitados. El médico general dice “ok, sí eres trans”, pero te va a decir “¿cómo sé que eres trans?”. Te manda a terapia psicológica por tiempo indefinido, y cuando se asegure que eres trans puede pasarte con el endocrinólogo. Son otras trabas que te ponen.

Yo quiero que quede muy claro: ir a terapia para iniciar tratamiento hormonal no es una medida de seguridad para personas trans. Es una medida de seguridad para personas cis que pueden estar confundidas o que puedan creer que son personas trans. Esto no protege a las personas trans. Esto protege a las personas cis que destransicionan o que viven por alguna situación de identidad que no han podido resolver. Esta situación nos está afectando a todas las personas trans sólo porque 0.01% las personas cis que comienzan la transición destransicionan. Nunca me he topado un caso aquí en la península, no así. Una persona trans, cuando va a iniciar un tratamiento hormonal, no lo decide de la noche a la mañana; o sea, le toma tiempo. A mí me tomó como dos años tomar la decisión e iniciarlo. No es algo así de sencillo. Debería haber más accesibilidad.

Pongamos otro ejemplo. Voy al seguro. El médico familiar me dice “ok, sí puedes, todo está bien, yo te creo, sí eres trans, te voy a pasar con el endocrinólogo”. Llegas con el endocrinólogo y  te dice “pero yo no sé de eso, ¿qué es trans? ¿se atiende a una persona trans? ¿cómo transicionas? Pues toma, te voy a dar estos anticonceptivos que me imagino te servirían, porque le funcionan a la mujer”. Nadie está capacitado para atender a personas trans, ni siquiera los mismos endocrinólogos. No tienen formación en terapia de reasignación hormonal. Entonces te preguntas qué hacer. Al final llegas con el endocrinólogo en el Seguro y me va a dar lo mismo que me recomienda mi amiga que me dice que me ponga parches; porque él se imagina que me puede servir. Es problemático, porque el Seguro no nos está ayudando en nada, entonces por eso ninguna de nosotras transiciona por el Seguro. O sea por más que tengan poco dinero prefieren esperar y pagarlo por su cuenta.

Tengo una compañera que sufrió discriminación directa. El médico familiar no la quería pasar con el endocrinólogo, y le dijo que debería pasarla con el psiquiatra para que trate su enfermedad mental. Ella levantó una queja y un acta de esto, e hizo todo el trámite. Pero las personas trans aquí en la península, en general, no tenemos beneficios como en la Condesa, en el centro de México, o como en las ciudades grandes. Si ves en la página web, el tratamiento hormonal debe ser parte de los servicios que debe dar el Seguro Social ¡Y no! Sólo está escrito y ya. Y ese es el problema: no sólo el trato, sino que ni siquiera saben. No se les ha capacitado profesionalmente para podernos entender, y por eso muchas prefieren autohormonarse: porque al final van a ir con alguien que ni sabe qué darles específicamente. Les pueden dar algo que no sea bueno para su salud.

Miguel

¿Y qué sucede con las clínicas privadas de endocrinología?

Ibrahim

Lo que generalmente hay son consultorios privados endocrinológicos. Eso sí hay, pero no puedes ir a cualquier endocrinólogo. Porque vas con uno y resulta que no conoce nada de personas trans, y te va a recetar lo mismo que le recetaría durante un mes a una chica cis. La diferencia es que tú no lo vas a tomar un mes, sino que lo vas a tomar toda la vida. No es igual. Con mi endocrino primero iniciamos con unas pastillas, Microgynon, que tienen micro dosis de estrógeno. Iniciamos despacio y durante un periodo de tres meses. Luego seguimos con más, porque él buscaba simular todas las etapas de la pubertad que vivimos las mujeres trans. Así es mucho más sano para el organismo, porque lo va absorbiendo mejor. Pero esto no lo saben la mayoría de los endocrinólogos que no están capacitados, o mujeres trans en general. Ellas dicen “me pongo un parche, me dura una semana, y luego me lo quito; me inyecto cada dos semanas, y hago esto así, porque la chica que es trabajadora sexual me lo dice y está muy bonita”. Entonces como su amiga es muy bonita y ella igual quiere estar muy bonita, hace estas cosas sin saber sobre los bloqueadores. 

Como las que se autohormonan sólo toman estrógeno comienzan a abusar de él, porque creen que les va a traer más cambios. Pero muchas de ellas no toman espironolactona o ciproterona, o algo que reduzca los niveles de testosterona en el cuerpo. Muchas de ellas, como no ven cambios notorios con sus hormonas, empiezan a recurrir a operaciones con cirujanos que no están capacitados y les dan mejores precios, o les ponen modelantes. El tema de los mercados se va desglosando y termina en los modelantes. Ellas dicen que las hormonas no les están funcionando y no están viendo otros cambios. Entonces se empiezan a inyectar el cuerpo. Tengo amigas y compañeras que se han inyectado aceite Nutrioli en la cara y en el pecho. Es algo súper alarmante. Se trata de un problema de salud pública. Se trata de las medicinas, se trata de los profesionales. Todo esto deriva de las hormonas.

Tengo amigas que por más que van a talleres de sensibilización, por más que ven a gente con el cuerpo necrosado y que tienen amputaciones, se quedan con el “pero me veo más bonita, no importa, quiero vivir mi vida y ya después que pase lo que tenga que pasar”. Las entiendo, porque han vivido toda una vida esperando por esos cambios y no los han obtenido ni con hormonas. Yo estoy en un punto en el que no puedo acercarme a decirles que no se autohormonen, que esperen hasta que ahorren y vayan con un endocrinólogo, porque yo sé que lo estoy diciendo de mi privilegio. Yo sé que me sacaron de mi casa pero al menos pude regresar, y soy de clase media baja, en donde tengo bastantes privilegios. Sé que puedo ir al endocrinólogo, que es muy caro.

Una consulta generalmente cuesta $800 pesos, y los estudios de sangre que tienes que hacer para iniciar el tratamiento hormonal te pueden costar de $1000 a $2000 pesos. Y los estudios no sólo te los haces una vez, como los estudios de sangre; te los haces en otras ocasiones. Los estudios no te los paga el seguro, entonces es muy, muy, muy caro hacerlo de forma sana. Yo ya no estoy en una postura de decirles que no lo hagan, porque entiendo desde dónde surge y desde dónde sale la desesperación cuando no tienen dinero, no tienen qué hacer, o son trabajadoras sexuales.

No les digo que no se auto-hormonen, pero sí que investiguen y que sean conscientes, porque yo me di cuenta que, hasta cierto punto, puede ser clasista estarles diciendo que no pueden hacerlo. Si yo les digo que se van a poner en peligro, me responderían que su salud mental ya está peligrando por no transicionar. No pueden esperar toda la vida para conseguir el dinero e ir a una cita con un endocrinólogo. Mejor les digo que investiguen qué están consumiendo y si lo pueden consumir; por cuánto tiempo o qué tan dañino es.  Recuerda que muchas usan espironolactona para reducir la testosterona, pero es la menos recomendable y sólo se puede hacer por un periodo corto de tiempo.

Miguel

Desgraciadamente los obstáculos que pone el Seguro a la terapia hormonal nos recuerda que la terapia es un tema de salud tanto física como mental. Quiero tomar justo esta falta de reglamentos, de políticas, y de protocolos que has estado mencionando para transicionar a la segunda pregunta. Es sobre las leyes, reglamentos, y protocolos que puedan existir y cómo han cambiado alrededor del uso de hormonas para personas trans en México.

Ibrahim

No hay absolutamente ninguna regulación. Ni siquiera les interesa lo suficiente como para regular. Yo no me he topado con nada en lo legal, inclusive en el endocrinólogo. Antes se le pedía a los endocrinólogos que tuvieran un acta de disforia de género, o una carta de disforia por un psicólogo clínico que dijera si la persona es trans, pero que fuera una persona que se siente de otro género porque está confundida. Ya no se pide eso, pero muchos endocrinólogos aún lo hacen. Aunque es un proceso que ya no se debe llevar, tampoco hay leyes o restricciones sobre el proceso. Hay un gran, gran, gran vacío.

No hay ninguna restricción o alguna medida, y no necesitas receta para conseguir las hormonas. Tampoco recomendaría que fueran por receta, porque esto haría que muchos médicos recurran aún más a lo de antes. Yo creo que el problema no es tanto que no haya regulaciones jurídicas, sino que esas regulaciones estén hechas para los profesionales de salud: que los profesionales de salud tengan que ir a capacitación, y que conozcan sobre lo que están haciendo. Porque he escuchado endocrinólogos que les dan tratamiento a una chica trans, pero nunca han estudiado endocrinología, o ni han tomado cursos. Simplemente decidieron ayudar a alguien a usar hormonas sin ninguna capacitación sobre reemplazo hormonal.

Hay organizaciones trans y grupos que tienen endocrinólogos que atienden a personas trans, pero estos ni siquiera son endocrinólogos. Es muy peligroso. Si participas activamente en su grupo, a cambio te dejan iniciar hormonas. O sea, no es un servicio que den a la comunidad. Las personas van con este endocrinólogo, pero en realidad es un ginecólogo que tomó un curso de endocrinología. No es un endocrinólogo que estudió endocrinología. Y si apenas sabe de endocrinología, menos va a saber de terapia de reemplazo hormonal. Te tienes que capacitar para atender a personas trans. Yo he escuchado que las mismas cosas que se dicen entre chicas, y entre trabajadoras sexuales, son lo mismo que el endocrinólogo les da.

¿Cuál es el sentido de ir con el endocrinólogo, si al final te va a dar lo mismo que lo que se están recomendando entre chicas en la calle? Una compañera me dijo que estaba haciendo su tratamiento hormonal con ese grupo y su endocrinólogo. Le dijeron que no debía usar inyecciones, porque son letales, malísimas. Le dije que en Estados Unidos sólo te dan inyecciones, porque es más sano que estar tomando pastillas que afectan todo tu sistema con todo lo que tu cuerpo procesa de la pastilla. Yo me pregunto qué clase de conocimiento tienen esos profesionales, porque ya tengo muchas malas referencias y malas experiencias con ese mismo endocrinólogo de ese colectivo trans. Es algo que me preocupa, pero hay un vacío legal. No hay algo que nos dé pauta en absoluto sobre el tema, y tampoco a los profesionales de programas.

Miguel

Acabas de decir algo que yo no había escuchado: que en Estados Unidos o en otros países solamente daban inyecciones.

Ibrahim

Yo creo que es más común en otros países. Es lo que he visto en internet, en videos. Hay una chica en España que fue a su primera sesión del tratamiento hormonal y le pusieron una inyección en la pierna. Lo he visto en muchos otros lugares: usan inyecciones en su mayoría. No sé si tenga que ver con el acceso pero aquí es más fácil tener pastillas. Inyecciones no suelo encontrar muchas, sólo me han recomendado una y esa es la misma que he usado desde siempre. Pastillas hay miles, de todos los tipos. Imagino que es por eso, porque no hay tanta diversidad en estos temas para que haya inyecciones. Además, son carísimas, porque si las tienes que pedir de otro lado, a veces es mejor usar las pastillas o combinarlas.

Miguel

¿Qué inyección es la que te encuentras allá en Yucatán?

Ibrahim

La que yo encuentro, que me da mi endocrino, es Patector. También tomo unas pastillas de ciproterona y etinilestradiol. La ciproterona es un muy buen bloqueador, y el etinilestradiol, pues es un estradiol que no es tan recomendable para el tratamiento hormonal. Ahorita lo estoy tomando pero sólo lo hago por un periodo de tiempo. Luego lo dejo y lo cambio. También tomo progesterona, que la progesterona es otra cosa de la que no saben los profesionales. Siempre te preguntan que por qué te darían progesterona, si no vamos a gestar (pro-ges-te-ro-na). Ellos no saben o no están capacitados para saber que la progesterona aumenta el crecimiento de pechos en mujeres trans —según he leído en algunos estudios endocrinológicos que me han mostrado otras compañeras.

Miguel

Mencionabas antes que te tenían que hacer una valoración psiquiátrica para poder darte hormonas. ¿Sabes si existe alguna ley o protocolo que prohíbe discriminar por el uso de hormonas? Por ejemplo, que te quieran contratar pero encuentren hormonas en tu bolso, o que quieras pedir un día para ir a la clínica o con tu endocrinólogo, y que intenten despedirte por eso.

Ibrahim

No hay absolutamente nada. Las leyes que se ponen están de relleno, para quedar bien. En la Constitución se establece que no se debe discriminar, pero sigue siendo así. No hay algo específico que garantice que nos respetarán durante el proceso hormonal. Hay un vacío legal.

Miguel

¿Conoces personas que por consumir hormonas las discriminaron, e ignoraron las leyes o protocolos que hubiera?

Ibrahim

No, porque realmente a la ley no le importa. No le importamos lo suficiente. Yo creo que las instituciones no saben de nuestras realidades. No hay nada que hable sobre las hormonas, y tampoco entre profesionales de salud. Hay protocolos en centros de salud, y en el Seguro Social, que dicen que deben permitirnos la transición hormonal, pero no pasa en la vida real.  

Miguel

¿Entonces sí hay un protocolo en el IMSS?

Ibrahim

En mi grupo de expertos en diversidad sexual hay una chica que trabaja en el IMSS. Ella me mandó el link donde hay un protocolo que dice que todas las personas deben ser atendidas en su transición hormonal. Aún así no conozco a nadie que lo haya hecho, y conozco a muchas chicas que les han dicho cosas feas los mismos profesionales de la salud ahí. Entonces, mejor espero. Además, cuando yo hice mi servicio social me salí. Yo tenía la opción de, por ejemplo, acercarme a un centro de salud, pero yo sé que no puedo acercarme allá porque significa discriminación asegurada. También, si quiero acercarme a instituciones educativas implica discriminación asegurada. Me digo “no vayas ahí, chica”.

Miguel

Para movernos hacia la última pregunta quiero retomar esta vivencia de discriminación constante y vincularla a algo que mencionaste antes: el riesgo de la salud mental. Las hormonas te permiten vivirte y ser tú. La última pregunta es ¿cómo ha cambiado la forma en que las personas trans en México viven su sexualidad con el consumo de hormonas?

Ibrahim

Yo creo que para cada una es muy distinto. Pero como mencionas respecto a la salud mental, imagina que estás viendo una película, te sientes mal y triste, y quieres sacarlo, pero no puedes. A mí eso me pasaba todo el tiempo con mis emociones. Me desahogaba, pero no salía todo. Tuve esta desconexión con mis emociones a lo largo de mi vida. Siempre la había tenido. Y dije “¿por qué no siento las cosas que en mi mente estoy pensando?”. Sí las siento, pero mis emociones no se manifiestan.

Afectaba mi bienestar, porque yo sentía que no podía expresar mis emociones a profundidad. Inicié tratamiento hormonal, y en las primeras 3 semanas se empezó a reestructurar todo. Podía ver una película y si quería llorar, lloraba, y si me quería molestar, me molestaba. Sentía que todo salía, todas mis emociones, toda mi frustración, lo que sea, todo lo podía desahogar.

Al posicionarnos como mujeres también nos posicionamos emocionalmente, socialmente, y psicológicamente. Al querer expresarnos, al querer expresar nuestras emociones, nos veíamos limitadas, porque la testosterona nos inhibe de esos sentimientos. Algunos chicos trans me han dicho que la testosterona les ha hecho difícil reconectar con su tristeza y llorar.

Yo siempre sentí que había algo que me estaba deteniendo y no sabía qué era. Yo tomo hormonas por los cambios físicos, pero no sabía que podía tener un cambio psicológico así. Es algo de lo que no se habla mucho. Algunas mujeres trans nacemos con esta necesidad de tener una transición hormonal para que nuestras emociones se reestructuren en donde deben estar. Al menos yo sentí eso. Algunas otras chicas no están acostumbradas a eso, y cuando vienen los cambios emocionales y te da tu primer síndrome premenstrual, por ejemplo, es un tabú. Porque sí pasa, sí nos pasa a algunas mujeres trans que tenemos el síndrome premenstrual. Durante una semana o varios días estamos con dolores de caderas, de pecho, de todo el cuerpo, queriendo llorar y sin querer pararnos. Te sientes mal y no sabes por qué. Te despiertas llorando, pasa el día, sigues llorando, comes chocolate y te sientes un poco mejor.

Y ya en cuestión de la sexualidad, pues sí, cambia bastante. Te acostumbras a llevar tu vida sexual de una forma, y hay cambios en el cuerpo que hacen que las cosas sean distintas. Por ejemplo, con el tratamiento hormonal no se habla mucho de cómo los genitales cambian. Hay una ilustración con un pene que es una espada de troll grande y robusta, y luego un pene femenino que es como una espada de samurai, delgada y larga. De cierta forma es afeminada y no sabes por qué. Lo mismo pasa con los genitales con el tratamiento hormonal. Es un meme trans que ponen mucho. De alguna forma no sabes por qué, ni puedes dar una explicación, pero se ve más femenino. Así como cuando ves a una chica trans y dices “no sé qué cambió, pero por las hormonas se ve más femenina”, pero no sabes qué es exactamente lo que cambió.

Cuando transicionas hormonalmente más chicos heterosexuales se sienten atraídos hacia tus genitales, aunque no les hayan gustado nunca los genitales o los penes en su vida. De alguna forma siente atracción hacia ellos. Por ejemplo, antes yo decía “no heterosexuales”, porque siento que es mucha presión y prefiero estar con chicos bi, igual porque soy persona no binaria. Cuando tenía un vínculo o algo con un chico heterosexual él me decía que por ser trans se sentía incómodo sexualmente; que todo lo demás sí estaba bien, pero eso no. Te dan esa idea de que no puedes recibir orales, no puedes ser activa, no puedes hacer todas estas cosas, porque les incomoda —aunque no siempre es así, porque hay chicos que piensan distinto.

Pero cuando transicionas hormonalmente cambia todo el cuerpo y cambian los genitales. Muchos hombres comienzan a verlos de forma distinta, y hasta ellos te dicen si te pueden hacer oral. En alguna ocasión me pasó que un chico me dijo al terminar de tener relaciones sexuales que sí estaba chido. Ahora sí le hace orales a mujeres trans. Eso cambia, porque nos estructura donde deberíamos estar. Nos evita la disforia y nos permite relacionarnos con quien sentimos estos vínculos. En ocasiones, antes de la transición puedes tener un vínculo muy fuerte emocionalmente con un hombre heterosexual, pero no tener una conexión sexual tan fuerte. Puede que la tengas, pero no es tan fuerte, porque él a pesar de que siente una atracción muy fuerte hacia ti puede no sentir tanto atracción sexual porque no están esas hormonas.

Y eso es algo que no solo depende de él, sino que obviamente si tu cuerpo no ha transicionado o no ha llevado este cambio, no es igual para el chico. No tienes las mismas feromonas, no hueles igual. Yo ahorita siento que cualquier chico heterosexual que me tira la onda y le digo que soy trans ya no tiene problema. Antes sí era un problema, porque tenía menos rasgos femeninos. Y ahorita me dicen que no es algo que les moleste. Entonces sí, cambia mucho la vida sexual, porque comienzas a ser socialmente más aceptada. Las personas te empiezan a tratar distinto; te tratan mejor; las personas con las que tienen vínculos naturalmente se sienten más atraídas hacia ti. Y es algo que yo siempre he dicho.

Por ejemplo, antes de salir del clóset, de usar ropa femenina, y de mi transición hormonal, me veía como un chico. Yo hasta jugaba fútbol americano en la escuela y me encantaba. Me encanta la energía butch. Y yo siempre me había sentido confundida porque me gustaba mi masculinidad, pero no sabía que las mujeres también podemos tener una masculinidad. Para mí era muy confuso, y en esos tiempos yo diría que no hubieras esperado que yo fuera una chica trans. Sin embargo, me pasaba que chicos heterosexuales se sentían extraños o se sentían confundidos. 

Probablemente no me veía como una chica, ni hablaba como una chica, ni me vestía como una chica, ni tenía las características físicas de una chica y que los chicos suelen asociar con los de una chica, pero yo seguía pensando como una chica. Algunos chicos se sentían confundidos por eso. En mis grupos de amigos de puros hombres me hablaban distinto, se ofrecían a cargar mi mochila, y tenían esos cuidados aún sin saber que yo era chica trans o que me gustaban los hombres. Había algo que hacía que estos chicos se sintieran atraídos hacia mí, pero al no tener el cuerpo que deseas a veces eso hace que la conexión sexual no sea lo que quieres.

Otro tema más físico que cambió en mi sexualidad también fue el tacto. No sé si es idea mía, pero los orgasmos ahora son más corporales en vez de ser en un lugar. O sea, se me eriza toda la piel. No sé si soy la única chica trans a la que le sucede, pero esas son cosas que sí cambian con las hormonas, al menos en mi caso. Otra cosa que me pasó es que mi deseo sexual cambia en cómo funciona. Ya no es un “quiero coger”, y ya. Ahora no puedo hacer un “rapidito” tan fácilmente, porque tienen que poner música, tienen que tocarme, acercarme, verme y empezar muy lento para ponerme en el humor. En cambio, antes inmediatamente me ponía estar con un chico.

No siento que en mi caso haya cambiado la libido, pero sí cambia la forma en la que se busca esa libido. Y yo no es que me diera cuenta de por qué ya no sentía lo mismo cuando era un “rapidín” o algo así. Empecé a notar que muchas veces necesitaba que me “prendieran el motor” antes. Otra cosa que noté más es que, por ejemplo, la eyaculación de las mujeres trans al no tener carga seminal, a veces es dulce. Es algo que sorprende a los chicos cuando se dan cuenta. Me preguntan si comí piña. En mi caso, con el tiempo ya no había eyaculación, porque tuve que tomar durante unos meses espironolactona, que es esa que no se recomienda todo el tiempo. Ya la suspendí.

También cambió la sensibilidad. Por ejemplo, ya no me pueden hacer un oral, que la metan, y la saquen, y ya. Los genitales se vuelven muy sensibles. Él ya no pueden jalarle muy duro o apretarlo muy duro. Tienen que ser muy suaves. Es de las primeras cosas que noté: que si mi exnovio me hacía mal un oral le decía que esperara, porque me estaba lastimando un poco si lo hacía muy brusco o rápido. Y eso nunca me había pasado antes del proceso hormonal.

Los orgasmos corporales son más intensos, y también cuando tienes sexo anal —si eres pasiva, por el punto g. Es más intenso. O sea, esos orgasmos corporales no eran tan comunes antes de la transición; sí pueden pasar, pero no eran tan comunes y no se sentían tanto. Yo creo que esas cosas son las que generalmente cambian, o al menos a mí. Pero yo creo que a muchas otras chicas seguramente les pasa lo mismo, ¿no?

Y otra cosa fue que cuando inicias tratamiento hormonal debes tomar una decisión. Puedes tomar la mitad de bloqueadores y conservas la erección. O tomas el bloqueador, así el matador, y no lo tienes que volver a tomar hasta dentro de dos años, o quizá nunca más —depende de cómo lo reciba tu cuerpo—, y pierdes las erecciones, pero vas a tener muchos más cambios físicos. Entonces te ves en el limbo de “quiero cambios físicos” o “no quiero perder la erección”. Entonces ¿qué hago? Yo preferí no tomar el bloqueador matador, y eso depende de cómo tú quieras llevar la transición hormonal. 

Lo que cambia es que necesitas más estimulación; no directamente en los genitales, sino en el resto del cuerpo, para tener una erección. Ya no es que veas a un chico, se acerque, y ya, inmediatamente se pueda dar todo. En eso creo que se parece a los genitales de las mujeres cisgénero, que necesitan ese previo para que se ensachen y que se lubriquen. También nos aumenta muchísimo la lubricación. Te hablan bonito y lubricas, literal. Te sorprende, te preguntas qué está pasando. No sé si hay una explicación biológica, o simplemente es por la euforia de género que sientes mientras tienes relaciones. Porque ya se vuelve más común tener euforia de género. Esa es otra cosa que sucede.

También se estabilizan tus relaciones con chicos heterosexuales. Al menos con los chicos que me he topado que no saben que soy trans, la mayoría me dicen que no tienen problema, como si de repente ya no hubiera problema. Y se me hace muy raro, porque antes la reacción era “no, es trans”, y ahora como ven mis rasgos, mi cuerpo, y mis características, ya no tienen un problema, o les da curiosidad. Y cuando estás teniendo relaciones, ellos ya no se ven reacios a practicarte sexo oral. Antes me decían que les incomodaba, o que no sentían atracción hacia los genitales. Ahora tienen mucha más atracción hacia los genitales, que les da curiosidad o inclusive me lo piden y eso se traduce en bienestar sexual.

Yo siento que es súper importante hablar de esto. Tengo amigas que no quieren hablar de ser activas, por ejemplo. Yo siento que la comunidad trans es mucho más abierta sexualmente que la comunidad cis. Lo que creemos es muchísimo más abierto sexualmente, pero a veces siento que simplemente no lo podemos admitir públicamente. Pero conozco muchas chicas trans que sí serían activas y no tendrían problema con contarlo. Pero conozco a muchos gays, que dicen “no, yo soy activo”, y “yo soy pasivo”. Y no, chicos, sus limitaciones sexuales no son signos zodiacales.

A la banda trans la he visto mucho más abierta en temas de sexualidad que a la bandita, por ejemplo, gay cisgénero, sobre todo en la connotación del activo y el pasivo. Eso sólo se da cuando hay un falo de por medio; o sea, relaciones fálicas, que sólo se fijan en el falo. La banda trans sí choca mucho con el tema. El falocentrismo nos ha afectado muchísimo, porque se ve a la mujer trans como la que tiene el falo y que no me puede dar placer. O al hombre trans que, como no tiene falo, no me puede dar placer. El falocentrismo nos ha jodido muchísimo toda la vida a las personas trans y vemos en otras comunidades que su sexualidad se basa en el falocentrismo. O eres quien recibe el falo o eres quien da el falo. Está muy internalizado y es muy triste que todo se base en esa cultura que viene de la misma heteronorma de las relaciones hombre-mujer.

Miguel

Muchísimas gracias, Ibra, por todo. ¿Hay algo que quisieras agregar de alguno de los tres temas que hemos trabajado: sobre mercados, sobre leyes, o sobre la sexualidad misma alrededor de las hormonas?

Ibrahim

Simple y sencillamente: cuiden de su bienestar. Sentir euforia mientras tienes relaciones es increíble, y no todo se traduce en cosas que tú esperas. A veces hay cosas que no te esperas, porque como no hay suficiente investigación —como que el semen es dulce— , pues las vas a ir descubriendo. Por ejemplo, cuando te crecen mucho las mamas, muchas chicas trans pueden llegar a producir leche en sus pechos. Y eso la gente no lo sabe. Es otra dimensión de la sexualidad, entonces recuerda que van a pasar cosas inesperadas; habrán cosas a las que no vas a estar acostumbrada. Si otra chica me está escuchando, o lo está leyendo, recuerda que te puedes adaptar, porque son cambios nuevos. La sexualidad siempre tiene formas y procesos. Es un camino maravilloso que con gusto deberíamos poder compartir y vivir sin miedo.

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