La visibilización de adultos mayores, pueblos indígenas y la comunidad LGBTI+

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¿Alguna vez hemos escuchado alguna historia de amor contada desde alguna lengua indígena? Esta semana venimos con una recomendación que ha sido considerada una de las mejores películas mexicanas contemporáneas. Sueño en otro idioma, es una película dirigida por Ernesto Contreras y que fue galardonada con 6 Premios Ariel, incluyendo Mejor Película, Mejor Guion Original y Mejor Actor. Si eres un amante del cine, esta es una opción que no querrás perderte ya que es una propuesta bastante novedosa y nunca antes vista que pone sobre la mesa temas de la diversidad sexual, analizados desde una perspectiva que pocas veces se llegan a tocar.

Alerta: Este artículo está lleno de spoilers. Si prefieres ver esta recomendación semanal sin conocer mayores detalles de la película, no continúes leyendo hasta que no la hayas visto.

Sueño en otro idioma se desarrolla en un poblado que se encuentra en la selva veracruzana, lleno de tradiciones y leyendas místicas, donde desde hace muchos años se ha hablado una lengua indígena llamada zikril. Por ello, un lingüista llamado Martín quien está interesado en estudiar y divulgar esta lengua indígena, llega a este pueblo con el objetivo de entrevistar y grabar conversaciones entre las únicas dos personas que siguen hablándolo: Isauro y Evaristo. Tal y como lo cuentan a lo largo de la película, Isauro y Evaristo eran grandes amigos durante su juventud, puesto que crecieron juntos en este lugar. Sin embargo, un conflicto provoca que se distancien y no vuelvan a hablarse, a pesar de seguir viviendo a pocos kilómetros de distancia.

La lengua indígena Zikril fue creado por el lingüista Francisco Javier Félix Valdez desde cero, exclusivamente para esta película.

Como lo mencionamos en nuestra pluma Discapacidad y diversidad sexual: una realidad que no hablamos, si bien reconocemos que los temas LGBTI+ cada vez estén más presentes en los medios de comunicación, es necesario que éstos se aborden desde distintas narrativas a fin de que todas las personas puedan ser dignamente representadas. Sin duda, la película Sueño en otro idioma aborda esta temática desde una nueva narrativa. Esto es, desde la visión de personajes pertenecientes a una comunidad indígena y que además son personas adultas mayores, lo cual, definitivamente es algo pocas veces visto tanto en el cine nacional como internacional. Cabe recalcar que está concluyendo el mes de las personas adultas mayores, por lo cual, es el pretexto perfecto para hablar sobre esta película.

Cuando hablamos sobre historias de la diversidad sexual, pocas veces podemos visualizarlas desde el enfoque de las personas adultas mayores y, en consecuencia, muchas veces ignoramos las experiencias que les han cruzado. Este es un gran acierto de esta película. A lo largo de la historia, se nos presenta que durante su juventud, los personajes principales vivieron una relación sentimental durante mucho tiempo, teniendo que esconderla debido al temor con el que vivían si alguien se llegaba a enterar de ello. Sin embargo, después de verse amenazados a que su comunidad se enterara de esto, provoca que su relación – tanto de amistad como sentimental – concluya, generando un fuerte confrontamiento y distanciamiento durante años a pesar de seguir viviendo en el mismo pueblo. Al igual que muchas personas, los personajes comenzaron a vivir una vida bajo la falsa promesa que dicta la sociedad de que la felicidad y plenitud se alcanzará únicamente viviendo bajo un modelo heteronormado.

Sueño en otro idioma es una película de contenido LGBTI+ única. A través de elementos de misticismo, tradiciones y una lengua indígena, somos testigos de lo que seguramente ha sido la historia de miles de personas de la tercera edad que viven en las comunidades de nuestro país.

En lo personal, considero que la mayor tragedia que se vive en esta cinta es que el personaje principal llega a su vejez sin poder alcanzar esta felicidad. Lo curioso es que aunque vemos una comunidad que se rige bajo tradiciones conservadoras, en este caso no vimos una historia en donde haya existido discriminación o inclusive un ataque de manera directa en contra de esta joven pareja. Bastaron los prejuicios y sistemas de creencias arraigados para que Evaristo renunciara a quien sería una persona muy querida en su vida, ya que era impensable imaginarse una sociedad que aceptara y abrazara a las personas que pertenecían a la diversidad sexual. Ya ni siquiera hablamos de un tema que pudiera ser aceptado o, inclusive, normalizado; es algo que no cabía en el imaginario de las personas de esta comunidad. Esto resuena mucho, ya que pensemos en cuántas historias de personas adultas mayores no existirán en donde ni siquiera tuvieron oportunidad de imaginarse verse felices a lado de la persona que amaban, ya que era imposible visualizar una comunidad que abrazara a la diversidad, en especial, en poblaciones que se encuentran alejadas de las grandes ciudades y, que en la mayoría de los casos, tienen pensamientos conversadores sumamente arraigados y con poco acceso a medios de información.

Otro aspecto fundamental que nos regala esta película es: Representación de personas gay de comunidades indígenas. Ya se ha dicho muchas veces que lo que no se nombra no existe, y este caso, no podría aplicarse mejor esta frase. Hemos tenido un excesivo bombardeo de narrativas en donde siempre se propone al mismo prototipo de personajes y es fácil perdernos y olvidar que la diversidad sexual se encuentra presente en todo tipo de contextos y lugares, tal y como lo son las comunidades indígenas. Esto no es una cuestión menor. Considero que una de las principales vulnerabilidades que afrontan las personas de la comunidad LGBTI+ que pertenecen a comunidades indígenas es justamente que sus historias se encuentran invisibilizadas, ya que en los últimos años muy pocos medios se han preocupado por contar sus historias y generar que sus voces sean escuchadas de manera masiva.

Considero que los creadores de contenido siguen abordando narrativas de personas pertenecientes a comunidades indígenas desde una visión hegemónica. En lo personal, a veces al ver distintas películas o series de televisión, me da la impresión de que estoy viendo la misma versión contada una y otra vez, pareciendo que no existen otro tipo de historias o personajes en estas comunidades. O por el otro lado, de todos los referentes de películas LGBTI+ más famosos que hemos tenido a lo largo de la historia a nivel nacional o internacional, pareciera que tenemos al mismo tipo de personaje, o la misma problemática que tiene que resolverse. Esta película es de las pioneras en hacer algo distinto y por ello considero fundamental que todes la veamos.

La cinta que fue filmada en la región de los Tuxtlas en Veracruz, nos permite reflexionar sobre todas aquellas personas de la tercera edad que aún no han podido imaginarse una vida digna y plena a causa de los prejuicios de la sociedad.

Esta película nos lleva a través de un viaje que nos permite recordar las raíces más profundas de nuestro país. Un México lleno de costumbres, cultura, misticismo, tradiciones y de una lengua indígena que, a pesar de todo, se niega a morir ya que esto también es parte de lo que nos hace ser diversas. Sobre esta base, el director de esta película nos regala una historia llena de nostalgia sobre un amor que no pudo ser frente a la amenaza de una sociedad que podía llegar a discriminar derivado de los prejuicios y enseñanzas conservadoras. Esto, bajo la mirada de dos personajes que además de ser homosexuales, son adultos mayores y pertenecientes a una comunidad indígena.

Definitivamente, no te puedes perder esta maravillosa película mexicana. Pocas veces podemos ver en la pantalla la historia de amor de dos personas contadas en una lengua indígena. Aunque es obvio que esta película no resuelve las enormes problemáticas con las que viven día a día estas personas, considero que al menos logra hacer resonar todas aquellas voces de la disidencia sexo-genérica que: i) son personas adultas mayores y ii) pertenecen a alguna comunidad indígena, y que comienzan a ser visibilizadas de manera digna a través de los medios de comunicación.

¡Hasta la próxima!

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